Actividades Productivas
Sus pobladores eran predominantemente agricultores, practicaban la irrigación artificial, viven en comunidades bien organizadas; así como pescadores, ganaderos, comerciantes y metalúrgicos.
Agricultura:
Fue la principal actividad económica que al principio fue incipiente, pro luego ampliaron sus áreas de cultivo en el valle de Virú hasta 5000 hectáreas.
Las primeras técnicas de agricultura (sin canales de irrigación) fueron practicadas al lado del mar; es decir por Cerro Negro y Guañape, carca del Grupo Gallinazo, en el valle de Virú.
Los productos encontrados en las huacas del grupo gallinazo y otras más; así como en las representaciones en su cerámica, demuestran que cultivaban ; pallar, yuca, maíz, tabaco, coca, camote, pallares, maní, chirimoyas, guanábana, ají, lagenarias, lúcumo, frejol, algodón pardo, zapallos, sandias, pacaes, granadillas, pepinos, maracuyás, tumbos, melones, tunas, paltas, guayabas y checos o calabazas con ellas elaboraban platos que lo usaban para uso doméstico; reiteramos según las numerosas piezas de cerámica que representan frutos de la tierra. Empleaban el guano en la agricultura
La expansión de las etnias nativas hasta la instalación de la infraestructura de riego en todo el valle y la articulación de áreas dependientes de señores principales, ha estratificado, igualmente la propiedad de la tierra, en tierras marginales de conducción familiar, tierras de sacerdotes y señores y su parentela; y de otro lado, tierra de los dioses. Tanto en la tierra de los señores como en la de los dioses, la población tenía la obligación de trabajar. En esas labores también participaban las mujeres
Debido a la temporalidad de las lluvias y por secarse los ríos después de los primeros meses del año, los hombres de Virú construyeron canales y estanques para regadío desde los orígenes de los ríos. En el valle de Virú existieron solamente, las acequias grandes (hoy Santa Clara), Chanquin y el Cerrito (San Idelfonso). Así como desde el Santa a las pampas de las Salinas en Guadalupito. Lo que se replicó en los otros valles de la costa norperuana, donde tuvo influencia dicha cultura.
El agua de riego ha sido durante todo el tiempo, problema para los costeños. Como instrumento de labranza usaron una palana que tenía la paleta de cobre y el mango de madera. Para fertilizar la tierra utilizaron el guano que traían de la isla Guañape.
Construían canales para transportar agua de los ríos a los campos situados a varios kilómetros de distancia (canales principales: desde los ríos que regulaban mediante gallineros o compuertas estacionales que elevaban el nivel de agua hasta las acequias y, canales secundarios; que distribuían el agua de riego mediante bocas de derivación que llevaban el agua de riego mediante bocas de derivación que llevaban el agua hasta los campos de labor y regar sus cultivos); principalmente de noviembre a abril que es la estación lluviosa, pero que periódicamente luchaba contra los fenómenos del niño y la irregularidad de los cauces de los ríos costeños.
Esta forma de suministro era suficiente para satisfacer cosechas de maíz, frejoles, especias, árboles frutales y algodón, principalmente. Los cultivos se realizaban en campos surcados en serpentina, ceñidos al trazo del canal, a una altura ligeramente inferior. Eran capaces de diseñar con gran precisión canales y de construirlos eficazmente. Es sorprendente que en una época de continua degradación hubo gente que, con sencillos instrumentos fue capaz de desarrollar técnicas de ingeniería innovadoras y eficaces, necesarias para mantener un progreso permanente y una cultura.
Pesca:
También fue un pueblo pescador, cuya alimentación era principalmente de peces y moluscos. Para pescar utilizaban el caballito de totora, mediante el cual se abastecían de especies marinas diversas.
Mónica Vecco señala en “Huanchaco: Centauros Dorados”, lo siguiente: “Desde el litoral la visión del océano es infinita. El sol emerge tras las altas montañas para desaparecer en las inquietantes soledades marinas. Montando a horcajadas sobre su rustica nave: un caballito de totora, mediante el cual se mantiene intactas las técnicas ancestrales de pesca, cuyo ritual continua siendo el mismo desde hace miles de años.
Con el solo auxilio de un trozo de caña, recios pescadores se enfrascan en antigua lucha contra las olas.
Los caballitos de totora tiene la proa en punta y ligeramente volteada hacia arriba, como la “quilla” de la famosa tabla hawaiana que tiene en estas naves sus antecedentes más antiguos.
La prueba de los caballitos de totora existen desde tiempos inmemoriales, se encuentran en la cerámica Virú, que en diferentes piezas artísticas muestra reproducciones idénticas que data de 200 años antes de Cristo, así como en los vasos denominados “Gallinazos” que tiene 2200 años de antigüedad”.
También utilizaban pequeñas piedras oradadas, como pesos para los bordes de las redes de pescar, que utilizaban tanto a orillas de la playa en los caballitos de totora, asi como en las lagunas existentes en los valles.
Ganadería:
Criaban principalmente animales como los venados, loros y monos, según aparecen en la cerámica bien esculpidos, no habiendo a la fecha una representación de la llama, también criaban el cuy.
Comercio:
Realizaban un comercio incipiente, a manera de trueque, con productos salado- secados, cuyo intercambio principal lo hacían con otros pueblos andinos.
Me ayudó mucho en investigación gracias 😃
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